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Hipoteca fija o variable?

Las hipotecas a tipo variable representan el 60% del total de préstamos que se comercializan en España. Esta cifra constata el cambio de tendencia experimentado en las estrategias de venta de las entidades financieras, que en 2018 han intensificado su apuesta por tales productos, rebajando sus diferenciales. La primera entidad que reprodujo este comportamiento fue Bankinter, que en febrero redujo este indicador del 1,20% al 0,99%. El punto de inflexión llegó en abril, cuando BBVA modificó del 0,99% al 0,89% el diferencial de su producto a tipo variable.

Desde entonces, el número de bancos que ofrecen productos variables con un diferencial por debajo del 0,90% no ha dejado de crecer. De hecho, a tenor de los datos que manejan desde CrediMarket, a lo largo de los tres primeros trimestres del año el diferencial medio de este tipo de hipotecas ha descendido en 0,15 puntos, pasando del 1,46% de enero al 1,31% registrado en septiembre. ¿Cuáles son los motivos que han llevado a los bancos a recrudecer la guerra hipotecaria en lo que respecta a sus productos a tipo variable?

Aprovechar el contexto

Estos movimientos responden, al interés que tienen las entidades financieras por aumentar su participación en el creciente mercado de los préstamos hipotecarios.

Así que las rebajas de los diferenciales buscan la captación de clientes en un momento en el que el alquiler se encarece y cada vez son más los que piensan en la compra como la opción con más estabilidad.

De igual modo, se recuerda que se debe tener en cuenta que, para cualquier entidad financiera, la captación de un cliente hipotecario es una maniobra muy atractiva, ya que se trata de usuarios que permanecerán en la entidad durante un periodo de tiempo prolongado y que, normalmente, aceptan una vinculación muy elevada con el banco que les concede el préstamo. Esta relación normalmente se extiende a la contratación de seguros del hogar, vida, protección de pagos y planes de pensiones, así como a la domiciliación de la nómina, de varios recibos y a la realización de determinados gastos con tarjeta.

Incidencia del Euríbor

La situación del Euríbor es otro de los condicionantes que explican la actual guerra hipotecaria. El índice de referencia continúa cotizando en el entorno del 0%, puesto que su evolución se encuentra “muy ligada” a los tipos de interés. Este incremento está previsto para el primer semestre de 2019,momento en el que, desde su perspectiva, podremos ver nuevas rebajas en los diferenciales hipotecarios, ya que las hipotéticas subidas podrían compensar las rebajas en los diferenciales.

No obstante, descarta la posibilidad de volver a un escenario en el que los tipos de interés se sitúen cercanos al 5%, como sucediera hace una década, pues para ello haría falta que la inflación también subiera durante los próximos años a un ritmo constante. Hay que tener en cuenta que los tipos de interés actualmente se encuentran en el 0%, y que elevarlos hasta esa cifra podría llevar entre cinco y siete años en los que la economía no tendría que enfriarse, lo cual consideramos que es muy difícil, matiza.

Adoptar más riesgo

A pesar de ello, existe unanimidad entre los expertos en advertir que la intensificación de la guerra hipotecaria conlleva que sean los clientes los que concentran el riesgo de las operaciones que se firman. Esta tendencia refleja los “elementos de fragilidad” del mercado hipotecario español. Esta situación, añade, no se observa en otros países europeos, como es el caso de Francia, donde la mayoría de las hipotecas que se firman son a tipo fijo, ya que los clientes prefieren atenerse a un horizonte más previsible.

La variación del Euríbor puede suponer, que la cuota de la hipoteca variable se dispare notablemente, aun sin que este indicador alcance sus máximos históricos. Así, y partiendo de la situación actual, con un diferencial del 1% y una cuantía tipo a devolver de 120.000 euros, desde Credimarket sostienen “esa hipoteca generaría una mensualidad de 476 euros”. Tal cantidad superaría los 600 euros mensuales si el Euríbor registrase el 2% y, los 666 euros, si este indicador aumentase al 3%.

Recomendaciones a los clientes

Los consejos que se desprenden de los expertos hacia los futuros hipotecados pasan por tener claro qué es lo que se quiere y cuánto se dinero necesita.  Se recomienda que si la hipoteca es a 30 o 40 años lo mejor es un tipo fijo, dada la dificultad que existe de controlar lo que va a pasar con el Euríbor en el largo plazo. Sin embargo, aclara que si lo que se requiere es una hipoteca a 10 o 20 años, “el tipo variable puede resultar más interesante”.

En este sentido, hay que poner énfasis en lo oportuno que es para los clientes calcular cuál sería el importe de la hipoteca en el caso de que el Euríbor suba considerablemente y tener en cuenta si dicho incremento se puede asumir a tenor de los ingresos que se obtienen mensualmente. De este modo, el futuro hipotecado puede valorar si cuenta con los ingresos suficientes para hacer frente al pago de las mensualidades en todos los escenarios hipotéticos

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